Comenzar a correr es una forma de obtener muchos beneficios, pero hay ciertos casos en los que no es recomendable hacerlo, situaciones en las que hay que evitar salir a correr.

Ya sea por circunstancias temporales o características de una persona, evita salir a correr en las siguientes situaciones:

Cuando hay obesidad: un peso extra es un impacto demasiado fuerte en huesos y articulaciones. Si no se está acostumbrado a correr y hay sobrepeso, seguramente se acabe con una lesión. Mejor hacer deportes como ciclismo, natación o incluso andar, donde hay menor impacto.

Al salir de una lesión: sucede algo similar que en el caso anterior. Correr es un deporte traumático por la repetición de impactos contra el suelo, no es la mejor forma de empezar a hacer deporte después de una lesión. Busca otro deporte o incluso empieza fortaleciendo músculos en el gimnasio después de salir de una lesión.

Cuando hay síntomas de enfermedad: aquí sobre todo hay que evitar salir a correr de forma intensa, ya que las defensas se pueden ver mermadas y esos síntomas de resfriado o fiebre acabarán por desembocar en enfermedad.

Después de una noche de excesos: con la excusa que “quemar” lo comida y bebido la noche anterior, mucha gente sale al día siguiente a correr. Mejor dejar un día al organismo para que descanse y se estabilice. Sobre todo si nos hemos pasado con el alcohol, ya que estaremos algo deshidratados, una situación nada idónea para correr.

En días de mucho calor: como ahora en verano, sobre todo en las horas de máximo sol, que van desde las 12:00 a las 18:00. Si es un día de alerta por calor, mejor dejar el entrenamiento para otro día. Y si es un día normal de verano, madruga para salir a correr temprano o hazlo a partir de las 9 de la tarde, donde ya comienzan a bajar las temperaturas.

Fuente: Vitónica.com