Adultos mayores y niños serían los más propensos a deshidratarse

Lima, 28/01/2016, 11:25 a.m. | Actualizado 28/01/2016, 10:20 a.m.

El riesgo de la deshidratación aumenta en las personas de la tercera edad, porque la cantidad de agua corporal disminuye en alrededor de 15 %, es decir, seis litros. En general, experimentan menor sensación de sed y restringen el consumo de líquido a consecuencia de enfermedades, como la incontinencia urinaria. Así lo afirma, Saby Mauricio, coordinadora de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Privada del Norte (UPN).

Entre otros factores que les impide beber con regularidad también se encuentran las dificultades para comer y movilizarse con facilidad, así como los desórdenes en la comunicación y comprensión. También influyen la temperatura elevada o el uso de laxantes. Una hidratación inadecuada puede terminar en convulsiones, delirio, estreñimiento, falla renal, disminución en la presión arterial e, incluso, la muerte.

En el verano, los niños también se deshidratan con rapidez. Esto suele ocurrir cuando ingieren menos líquido del que eliminan cada vez que transpiran y orinan. En el caso de los lactantes, eliminan agua con mayor facilidad porque orinan con frecuencia, respiran muy rápido y su piel es muy caliente. En el caso de ellos, la deshidratación se evidencia en el llanto sin lágrimas, la irritación, la inquietud y la boca seca.

Aunque el agua es el líquido que más se recomienda y es el que se debe consumir en mayor cantidad, hay alimentos que pueden ayudar a una adecuada hidratación. La también decana nacional electa del Colegio de Nutricionistas del Perú (CNP) recomienda consumir frutas y verduras, sobre todo aquellas que contengan más agua en su composición, como sandía, fresa, melón, pepinillo y apio.

La hidratación forma parte de una buena alimentación. Aunque en el país se acostumbra a recurrir a terceros o a internet para obtener respuestas, es mejor evitarlo y solicitar ayuda a los profesionales capacitados. “Los nutricionistas hemos sido formados para diseñar planes de alimentación, prescribir dietas especiales y promover campañas para el tratamiento y la prevención de enfermedades”, sostiene la especialista de la UPN.