No hay nada como una ducha tibia cuando queremos relajarnos o incluso entrar en calor en un día frío de invierno. La idea de someternos nosotros mismos a duchas frías puede parecer a veces una locura, teniendo en cuenta lo lujoso que se ha vuelto disfrutar duchas de agua caliente. Pero la verdad es que una ducha fría puede proporcionar una gran cantidad de beneficios que puedes querer tener en cuenta.

1. Mejora la inmunidad y la circulación

Dejar correr agua fría sobre tu cuerpo al final de una ducha puede mejorar la circulación. Se puede ver de la misma forma en que hacemos funcionar ciertos sistemas a alto rendimiento de vez en cuando para mantenerlo y aceitarlo bien. El aumento del flujo de sangre también puede ayudar ciertos problemas de la piel y del corazón, así como bajar la presión arterial, limpiar las arterias bloqueadas y mejorar nuestro sistema inmunológico.

2. Mejora la condición del pelo y de la piel

El agua caliente puede resecar tu piel y cabello. Por supuesto, los altos niveles de cloro que salen de nuestras duchas no ayudan, ya que el cloro reseca también la piel y el pelo. Si puedes dejar correr el agua de tu ducha más fría o terminarla fría al final, es una forma natural para evitar que tu piel y cabello se sequen, debido a que el agua fría contrae cutículas y poros. Esto ayuda a prevenir que los aceites naturales en el cuero cabelludo y la piel sean despojados tan fácilmente. Al mantener un equilibrio adecuado de aceite tendrás un cabello brillante de aspecto suave y natural. Esto también ayuda a mantener la piel y el cuero cabelludo limpio.

3. Aumenta tu estado de alerta

¿Te has despertado alguna vez temprano en la mañana, saltas a la ducha sintiéndote cansado, y mientras sientes el agua caliente corriendo por encima de tu cuerpo quieres saltar de nuevo en la cama? Aquí es donde las duchas frías pueden ser muy útiles. Cuando el agua fría golpea tu cuello provoca que hagas esa ligera respiración profunda de golpe. Esto aumenta el consumo de oxígeno y también aumenta la frecuencia cardíaca, que bombea sangre a través del cuerpo más rápido dando al cuerpo un buen aumento natural de energía.

4. Alivia el estrés y la depresión

También se ha demostrado que las duchas frías ayudan a disminuir los niveles de estrés. Un estudio encontró que la exposición al frío ayudó a disminuir los niveles de ácido úrico y aumentar el glutatión, un antioxidante considerado como uno de los más importantes para un cuerpo sano. Los participantes nadaron regularmente en agua helada durante los meses de invierno y se descubrió que se adaptaron al estrés oxidativo repetido.

Otro estudio encontró que la hidroterapia fría (es decir, las duchas frías) ayudaron a mejorar los estados de ánimo y tuvo un efecto antidepresivo sin efectos secundarios negativos o creación de dependencia. Los sujetos fueron testeados con una a dos duchas de agua fría a 38 grados Fahrenheit que duraban dos o tres minutos. Estos fueron seguidos por una adaptación gradual de cinco minutos para que el procedimiento tuviera un menor impacto.

5. Dolor muscular y recuperación

Un estudio realizado en el año 2009 encontró que las personas que descansaban o se sumergían en agua fría después del ejercicio produjo un descenso en la aparición de dolor muscular causado por el entrenamiento de resistencia, ciclismo o correr. Se encontró que un baño de 24 minutos en agua con temperaturas de alrededor de 10 – 15 grados Celsius (50F – 59F) fue el más efectivo. Tomar una ducha fría después de tus entrenamientos aún tendría un efecto positivo sobre el dolor muscular también. Cuanto más tiempo pasas mayor es el beneficio. La investigación también cree que alternar caliente y frío al final de una ducha después de un entrenamiento puede ayudar a reducir el dolor y acelerar la recuperación al disminuir la concentración de lactato en sangre.

Fuente: Collective-evolution