Cuando se diagnostica fibromialgia, es importante adoptar nuevos hábitos alimenticios para combatir los síntomas.

En primer lugar, hay que verificar si el paciente con fibromialgia presenta alguna alergia o intolerancia alimentaria, ya que el 7% de las personas con este padecimiento tiene alguna de ellas.

Uno de los principales objetivos nutricionales para tratar la fibromialgia es potenciar el sistema inmunológico a través de un buen consumo de vitaminas, minerales y proteínas.

1. Lleva una dieta basificante, es decir, rica en minerales como el magnesio, el calcio y el potasio, y pobre en sodio (sal).

2. Haz una ingesta correcta de vitamina D para asegurar la absorción del calcio a nivel intestinal.

3. Consume omega-3 ya que tiene un efecto antiinflamatorio y mejora de los estados de depresión.

4. Incluye en tu dieta vegetales crudos para aumentar el aporte de vitaminas antioxidantes.

5. Mejora la absorción intestinal de nutrientes a través de una flora sana y el aporte de fibra. Incluyendo cereales y alimentos ricos en fibra.

6. Consume alimentos ricos en beta-carotenos para garantizar un buen estado de las mucosas internas y para mejorar su hidratación.

7. Aumenta tu energía comiendo 5 veces al día.

Para crear estos nuevos hábitos alimenticios, planifica semanalmente las comidas para que se más sencillo elegir los alimentos a la hora de las compras.