Así lo señaló Amelia de la Zota, nutricionista del Instituto Nacional de Salud, quien refirió que cada mujer produce 800 mililitros de leche al día en promedio.

“La leche materna aporta en los niños aproximadamente entre el 35 y 40% de los requerimientos energéticos, previene la deshidratación y provee los nutrientes necesarios para su recuperación después de enfermedades infecciosas”, precisó.

En la Semana Mundial de la Lactancia Materna, la nutricionista destacó la importancia del contacto del bebé con la madre en la primera hora de nacido para facilitar el reflejo de succión, estimular las contracciones uterinas que ayudan a expulsar la placenta y a controlar la pérdida de sangre materna.

De igual forma permite la producción de leche, favorece el incremento del peso del bebé y recibe de manera rápida el calostro.

“El calostro es la secreción mamaria que se da entre los tres a cinco días posteriores al nacimiento. Es la leche más apropiada para el recién nacido, es un líquido de color amarillo, espeso, rico en proteínas, vitamina A y sustancias inmunológicas que protegen a los bebés contra las infecciones”, dijo De la Zota.

La madre que lacta reduce el riesgo de padecer cáncer a la mama, además si lo hace exclusivamente durante los seis meses pierde peso más rápido que aquellas que no dan de lactar tan intensamente.

En el caso de las madres que trabajan, De la Zota recomienda conservar la leche materna en zonas de una temperatura de hasta 25° por no más de seis horas a temperatura ambiente.

Asimismo, la leche materna puede mantenerse refrigerada hasta por cinco días a una temperatura de 4°C. La forma de calentarlo es en baño maría, nunca en microondas o calentándolo directo porque pierde nutrientes esenciales.