Cabe destacar, que los estudios indican que la principal fuente de contagio son los padres en un 55%, los hermanos mayores en un 20% y los trabajadores de salud en un 25%.

Por ello es necesario que todos puedan tener conocimiento de los riesgos que este mal produce principalmente en los menores lactantes de un año de edad.

Al respecto María Esther Castillo, pediatra infectóloga, investigadora y docente de la Universidad Cayetano Heredia, señaló que para prevenir esta enfermedad los padres deben cumplir lo que indica el calendario de vacunación.

Asimismo, ante un cuadro sospechoso, acudir al médico para indicar tratamiento antibiótico precoz, realizar el lavado frecuente de manos, al toser cubrirse la boca con papel (higiénico o tisú), ventilar los dormitorios y otros ambientes de la casa, evitando el hacinamiento.

Es importante señalar, que la tos ferina es una enfermedad que se puede prevenir a través de la vacunación efectiva, siendo ésta la mejor estrategia de control y prevención de este mal.

Por ello, es necesario vacunar a todos los lactantes desde los 2 meses, con tres dosis el primer año (2–4-6 meses) un primer refuerzo al año y medio de edad (18 meses), un segundo refuerzo a los 4 años y una dosis en los adolescentes.

Actualmente se dispone de una vacuna para adolescentes y adultos, de tal forma que se pueda continuar la vacunación en este grupo etario.

Por ello, con el propósito de generar mayor conciencia sobre la existencia de esta enfermedad, la Fundación Panamericana de la Salud y Educación (PAHEF) ha lanzado la iniciativa “América Latina Sin Pertussis”, que tiene por objetivo concientizar a la población sobre la enfermedad y las medidas de prevención como es en este caso la vacunación ante una enfermedad que es 100% prevenible.