Es por ello que especialistas recomiendan usar fotoprotectores en especial, de factor 30 a 50+, dependiendo del color de la piel y edad.

Para las personas de piel muy blanca se recomienda aplicarse un fotoprotector de factor 50 a más, y 30 para los de tez trigueña.

El fotoprotector debe aplicarse desde el hogar, antes de exponerse al sol y volverse emplear en caso de acudir a la playa o piscina, al menos, cada 2 ó 3 horas. “Lo que queremos es reducir los efectos nocivos del sol sobre la piel y evitar el desarrollo de cáncer de piel a largo plazo (con el uso de fotoprotectores solares)”, declaró la doctora Julia Pancorbo, dermatóloga del Hospital SISOL de Surquillo.

Los niños necesitarían utilizar bloqueadores apropiados para ellos, pues su piel es diferente a la de los adultos, en los niños se recomienda el uso de filtros físicos que actúan como pantalla en la piel dispersando la acción de los rayos solares.

“Los infantes deben usar fotoprotectores solares para niños, porque la piel de ellos es todavía inmadura y su capacidad de absorción es mayor”, indicó la especialista.

Los efectos de la radiación ultravioleta, sin una protección apropiada, pueden generar daños inmediatos o a largo plazo, desde un eritema (enrojecimiento de la piel), quemaduras, envejecimiento prematuro, aparición de pecas, manchas e incluso cáncer a la piel.

El 80% de la radiación ultravioleta que recibe nuestra piel se da antes de los 20 años y sus efectos se manifiestan con mayor notoriedad después de los 30 años y, sobre todo, a partir de los 50.