La investigación coordinada por una decena de científicos de la universidad Imperial College, de Londres, y del King’s College, de la Universidad de Cambridge, analizó los 12 barrios más cercanos al aeropuerto de Heathrow (Londres) expuestos a un importante ruido de aviones, con una población total de 3,6 millones de personas.

El estudio se basó en los datos del nivel de ruido que proporcionó la Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido (CCA) en 2001 y se centró en aquellos lugares donde el ruido de los aviones superaba los 50 decibelios, el volumen estándar establecido en una conversación entre dos personas.

“El ruido de un avión puede ser molesto para algunas personas, y puede afectar a su presión arterial y conducirlas a una enfermedad”, declaró Anna Hansell, del Imperial College, a la cadena BBC.

Este informe también alertó del alto riesgo de muerte al que están expuestos unos 70.000 habitantes de las zonas vulnerables, un 2% de la muestra estudiada, como consecuencia de un ataque al corazón y el número de veces que tienen que acudir al hospital para tratar sus patologías.

Por su parte otro de los investigadores, Stephen Stansfeld, aseguró que “estos resultados implican que la exposición al ruido de los aviones tiene efectos directos sobre la salud de las personas y de su entorno”.

Sin embargo, y en respuesta a este trabajo científico, Matt Gorman, director de sostenibilidad de Heathrow, destacó los “avances significativos” de este aeropuerto para hacer frente a los ruidos, como por ejemplo “el cobro de tasas a las aerolíneas más ruidosas y la instalación de cristales dobles en las ventanas de las viviendas cercanas”.