Con la llegada del frío muchos corren a sus roperos para sacar la primera chompa o casaca que encuentran a la mano y así abrigarse sin detenerse a pensar en que si fue lavada previamente o no hay presencia de ácaros, hongos o moho luego de haber estado guardada durante varios meses.

El usarlas sin una previa revisión favorece la así como cuadros de que aumentan con la humedad y lluvias.

El doctor Luis Núñez, jefe del Servicio de Alergia del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati de EsSalud, dijo que la humedad mantiene fácilmente en suspensión los hongos, mohos y levaduras (y sus esporas); así como a los ácaros del polvo, lo que permite que sean respirados por el paciente alérgico.

“La picazón en la nariz ante la aparición de un alérgeno es la principal señal de cualquier rinitis alérgica, pero esto puede servir también para que se identifique el desencadenante y lo evite”, anotó.

Explicó que en el caso de la rinitis alérgica o rinoconjuntivitis, la picazón se puede extender hasta la boca, los ojos y la garganta.

“Los ojos se irritan al igual que las mucosas, lo cual provoca prurito o picazón ocular y lagrimeo; hay problemas de olfato y estornudos frecuentes. Se puede llegar a confundir con un resfriado”, dijo el representante de EsSalud.

Señaló que cuando alguien con rinoconjuntivitis permanece expuesto a un desencadenante durante mucho tiempo, puede presentar tos, congestión nasal, sensación de oídos tapados y dolor de garganta, entre otros.

Por ello, recomendó a la población lavar la ropa guardada de invierno, así como las frazadas y otros artículos, a fin de eliminar el moho o agentes alergénicos.

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