Las personas que están desempleadas a sus 50 años o principios de los 60 pueden tener un riesgo de sufrir un infarto de la misma magnitud que el relacionado con el hábito de fumar, revela un estudio.

La investigación con más de 13.000 individuos en Estados Unidos indica que el riesgo de infarto se incrementa 25% durante el primer año después de que se pierde el empleo y se incrementa de forma proporcional si se sufren otros despidos o ceses laborales.

Este riesgo no se ve en las personas que deciden retirarse voluntariamente, muestra la investigación publicada en Archives of Internal Medicine (Archivos de Medicina Interna).

Estudios pasados sugerían que llevar a cabo un trabajo estresante podría incrementar el riesgo de tener un infarto.

La Fundación Británica del Corazón asegura que el estrés en sí mismo no es una causa directa de la enfermedad del corazón, aunque podría contribuir al riesgo de una persona.

Fuente: BBC