La depresión, especialmente en adolescentes de 10 a 18 años, es la segunda causa de atención en el Departamento de Investigación, Docencia y Atención en Salud Mental del Instituto Nacional de Salud del Niño, revelaron voceros de esa institución.
La doctora Hilda Serpa Salazar, jefa de dicho departamento, indicó que anualmente realizan 9 mil atenciones y que los casos de depresión ocupan el segundo lugar, por lo que recomendó a los padres de familia estar más atentos cuando sus hijos presenten cambios de conducta y dialogar mucho con ellos.
“Se presenta desde edades muy tempranas y es más frecuente en la adolescencia, de no controlarse podría llegar a tener hasta ideas suicidas”, advirtió.
Las causas o factores desencadenantes de la depresión en menores son múltiples, como la separación de la madre en forma precoz, el cambio de domicilio o de escuela, tener padres disfuncionales, fallecimiento de los abuelos, pérdida de la mascota, bullying, entre otros factores.
Algunas características de este estado, anotó, son volverse agresivo o muy pasivo, irritabilidad, llorar constantemente, bajo rendimiento escolar.
En el caso de los más pequeños, éstos pueden ver alterados sus funciones biológicas, no quieren comer, cambian el ritmo de sueño (duermen mucho o no quieren dormir por las noches), se despiertan llorando, no quieren separarse de los adultos significativos o se separan con mucha angustia.
Serpa Salazar manifestó que las adolescentes de 10 a 18 años son las más propensas a la depresión, debido a la mayor cantidad de factores de riesgo asociados al maltrato infantil, patología familiar, separación de los padres y otras causas. “La depresión tiene rostro de mujer”, dijo.
Indicó que esto último tiene que ver con factores neurobiológicos. “Existen neurotransmisores que están implicados con este trastorno, se suma también los cambios hormonales, físicos, que se producen con mucha rapidez y ellas no terminan de adaptarse; los factores individuales se juntan con los del ambiente escolar y de la familia, llevándolo a la depresión”.
Fuente: Andina