Las personas con trastornos mentales graves presentan mayores tasas de tabaquismo y de obesidad respecto a la población general, según ha revelado un estudio que aborda los factores de riesgo cardiovascular de estos pacientes como grupo homogéneo.

El trabajo es elaborado por expertos del Instituto Catalán de la Salud (ICS), el Consorci Hospitalari de Vic y el Instituto de Investigación en Atención Primaria (Idiap) Jordi Gol.

La investigación establece una relación entre la obesidad y los trastornos psiquiátricos, teniendo en cuenta que la sufren el 52% de los pacientes con trastorno bipolar y el 44% de los que padecen depresión, ha informado este lunes el Idiap Jordi Gol en un comunicado.

Los datos revelan que el 40% de los pacientes con trastornos mentales graves fuma, respecto al 27% de la población general, una tendencia que se repite en el caso de la dislipidémia (alteración de los niveles de lípidos plasmáticos): mientras que la media se sitúa en el 41%, en el caso de los pacientes con trastornos se dispara hasta el 56%.

El doctor que ha liderado la investigación, Quintí Foguet, ha alertado de la necesidad de reforzar la coordinación entre la atención primaria y la psiquiatría “para que no haya ningún vacío en el seguimiento del riesgo cardiovascular de los pacientes con trastornos graves”, patologías que afectan a tres de cada 1.000 personas en Cataluña.

Foguet ha explicado que los médicos de familia tienen “un papel clave” en la implementación de las actividades preventivas y de promoción de la salud en este colectivo, y ha pedido a los psiquiatras que deriven a los pacientes a la atención primaria en caso de detectar alguna anomalía cardiovascular.

La presencia de factores de riesgo cardiovascular, especialmente la suma de estos, puede derivar en enfermedades graves, como el infarto de miocardio, la angina de pecho, el derrame cerebral y la insuficiencia cardiaca, entre otras.

El estudio constata que, de entre los pacientes con trastornos mentales graves, el subgrupo de depresivos es el que presenta un mayor riesgo cardiovascular y una peor calidad de vida, de forma que este colectivo tiene un riesgo del 6%, respecto al 5% de la población general.

Según la investigación, un 46% de los pacientes que sufre una depresión consume alcohol y un 67% tiene altos niveles de colesterol: “Es un grupo en que el sedentarismo, la dejadez en los hábitos de vida saludable y la apatía desembocan en una peor autocuración personal”, ha dicho Foguet.

Fuente: Europaress.es