En un estudio de la Universidad del País Vasco, publicado en la Food Chemistry, confirma que ingerir y oler el aceite recalentado daña tu salud, al emitir aldehídos y alquibencenos que contaminan la atmósfera.
Cuando el aceite se calienta a temperatura máxima para freír los alimentos se emiten los aldehídos conocidos como 4-hidroxi-[E]-2nonenal, 4-oxo-[E]-2-decenal y 4-oxo-[E]-2-undecenal.
Estas sustancias se desprenden del aceite y contaminan la atmósfera, por lo que pueden ser inhalados por las personas, sobre todo cuando cocinan.
Además, las investigadoras señalan que estos tóxicos se generan por la degradación de los ácidos grasos del aceite; y permanecen en el aceite, por lo que al reutilizarse se adhieren a los alimentos cocinados.
Estos compuestos reaccionan con enzimas, hormonas y proteínas del organismo e impiden su correcto funcionamiento. También, se relacionan con algunos tipos de cáncer y enfermedades crónico-degenerativas como el Alzheimer.
Por ello, lo más recomendable es evitar el uso de aceite recalentado en la preparación de los alimentos; opta por utilizar el horno para prevenir cualquier tipo de enfermedad como obesidad, diabetes, cáncer, entre otras.
Fuente: Salud 180