Sus gajos llenos de jugo aportan mucha vitamina C, y diversos aceites esenciales para quemar grasa.

La mandarina tiene muy baja concentración de azúcares, pero su contenido en agua es mayor que en el resto de los cítricos, y posee un aporte calórico del 49%, algo menos que el de la naranja, que es 61%; por lo cual, que es más factible que tu cuerpo absorba sus propiedades de mejor manera, comparada con la segunda.

De sus beneficios podemos encontrar grandes aportes, debido a que es un desintoxicante, diurético y antioxidante naturales.

Si consumes cuatro piezas diarias de mandarinas, puedes cubrir las necesidades diarias de vitamina C, lo cual es especialmente importante para embarazadas, fumadores, lactantes y diabéticos. Además, como es antioxidante, puede prevenir enfermedades degenerativas.

Además, su pulpa contiene vitamina B, ácido cítrico, azúcar reductora y caroteno, que le confieren propiedades broncodilatadoras y anti inflamatorias. También ayuda a la digestión, por lo que es adecuada para el tratamiento de úlceras e infecciones estomacales.

La mandarina suele consumirse de muchas maneras durante la dieta, como postre o colación, en ensaladas, cocteles de frutas, como dulces, en helados o sorbetes, y en zumos o agua.