Mientras que a algunos se les hace la boca agua con un café fuerte por las mañanas, otros lo rechazan. Y, por ejemplo, las coles de bruselas o el brócoli pueden liderar la lista de vegetales preferidos para algunas personas, pero con seguridad no para todas.

La razón por la que cada persona tiene reacciones diferentes con la comida no es subjetiva, según los científicos, sino que se debe en parte a los genes y las investigaciones están ayudando a entender cómo usamos nuestros sentidos para procesar los sabores.

Si usted es de esas personas que arruga la cara con el sabor del limón y no soporta comer brotes, entonces probablemente es porque es un “superdegustador”, como el 25% de la población.

Eso significa que tiene el doble de papilas gustativas en la lengua que el resto de la gente, algo que hace que sea particularmente sensible a los sabores más amargos.

Pero ahora los científicos descubrieron la existencia de “degustadores térmicos”. Son gente cuyas papilas gustativas reaccionan a la temperatura de la comida en su lengua.

Por ejemplo, a esas personas un cubo de hielo les sabrá salado o amargo mientras que algo caliente les sabrá dulce.

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Fuente: BBC

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