Según el Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS), “La evidencia es sólida y contundente”: no hay relación observable entre el uso del teléfono móvil y el . “Llevamos entre 15 y 20 años con un uso tan masivo de estos dispositivos y, de haber alguna relación, ya se tendría que haber observado de alguna forma”, indicó el director científico del comité, Francisco Vargas, durante la presentación de su último informe, que ha revisa las últimas evidencias científicas sobre la materia recopiladas durante los últimos tres años.

El propio Vargas asegura que los análisis revisados muestran incluso las nuevas fuentes de radiofrecuencia, como el 4G-LTE, han logrado una mejor calidad “sin aumentar la exposición de la población”, y en ocasiones presentando niveles de exposición más bajos que los sistemas anteriores. Lo mismo sucede con las radiofrecuencias derivadas de las redes wifi, cuyos niveles de exposición “están bien estudiados en condiciones realistas de funcionamiento y son muy inferiores a los recomendados por las agencias y comités científicos”, tal como se lee en el propio informe del CCARS.

En cuanto a los tumores cerebrales en concreto, uno de los supuestos peligros más directamente asociados al uso de la telefonía móvil, el informe destaca que “los resultados de los estudios epidemiológicos en el periodo revisado confirman que no se observa un riesgo más elevado de tumores cerebrales en usuarios de teléfonos móviles. Esta conclusión coincide con las de otras revisiones sistemáticas y evaluaciones de riesgo realizadas en el mismo periodo por Agencias y Comités internacionales competentes en la evaluación de los efectos de los campos electromagnéticos sobre la salud”.

El estudio también revela importantes y tranquilizadoras conclusiones sobre la interacción de esta tecnología con otros dispositivos relacionados con la salud: “Existe suficiente evidencia para afirmar que el uso del teléfono móvil es seguro en el ámbito hospitalario siempre que se mantenga una distancia de seguridad (1 metro) entre los dispositivos y aparatos médicos que se usan para la vigilancia y el tratamiento de los pacientes. Respecto a los portadores de dispositivos implantables (como el marcapasos cardíaco), el uso del teléfono móvil es seguro aunque debe mantenerse una distancia de seguridad de 15 centímetros. Las antenas de telefonía móvil no producen interferencias con estos dispositivos”.

Fuente: