Durante mucho tiempo los expertos han debatido si las repetidas lesiones en la cabeza que sufren los jugadores de fútbol americano y boxeadores, como heridas en el cráneo o conmoción cerebral, causan problemas graves a largo plazo.

La controversia se ha visto alimentada en meses recientes por los aparentes suicidios de jugadores retirados de la National Football League (NFL), la Liga Nacional de Fútbol Americano de Estados Unidos.

Uno de ellos, Ray Easterling, había interpuesto una demanda contra la NFL por lesiones vinculadas a las conmociones cerebrales que sufrió.

Y la ex estrella de los Chicago Bears, Dave Duerson, también muerto en aparente suicidio, dejó una nota en la que establecía que deseaba donar su cerebro para el estudio de las lesiones de la cabeza en el fútbol americano.

Ese estudio reveló en 2011 que, en efecto, el deportista sufría una enfermedad cerebral inducida por repetidos golpes, llamada encefalopatía traumática crónica (CTE en sus siglas en inglés).

En el pasado la CTE había sido vinculada principalmente a los boxeadores y se le conocía como demencia pugilística, según publicó la BBC.

Ahora, el mismo equipo de investigadores que llevó a cabo el estudio de Duerson, en la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, encontró lo que dice es nueva evidencia de cómo las lesiones traumáticas en la cabeza conducen a la enfermedad cuyos síntomas pueden incluir pérdida de memoria, depresión y demencia.