La mayoría de los casos de infertilidad en hombres se debe a un bajo contenido de espermatozoides en el semen (oligospermia), o a la baja movilidad de los mismos, aunque muchas de estas dificultades también se deben a cambios en los hábitos alimentarios, estrés y contaminación ambiental.

De acuerdo con la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, 83% de los hombres infértiles presentan un bajo consumo de frutas y verduras (menos de cinco porciones al día), frente a los fértiles.

Por lo cual, es indispensable incluir en una dieta diaria los siguientes alimentos para fortalecer la calidad y cantidad de espermatozoides:

1. Ácidos grasos y linolénico (omega3-6): Benéfico para la maduración de espermatozoides. Sus principales fuentes son nueces, pescado, semillas de linaza y suplementos con aceite de pescado.

2. Ácido fólico: La deficiencia afecta al número y la movilidad de los espermatozoides. El ácido fólico es muy abundante en verduras de hoja verde, legumbres y cereales integrales.

3. Zinc: Esencial para el crecimiento y desarrollo de los órganos sexuales, favorece la cantidad y movilidad del esperma. Se encuentra en semillas de calabaza, mariscos, hígado, pescados, huevos, lácteos, frutos secos y legumbres.

4. Vitamina C: Por su carácter antioxidante, favorece la desintoxicación de algunos metales pesados como el plomo y el cadmio, que afectan la calidad y cantidad del semen y funcionamientos de los órganos sexuales. Presente en frutas y verduras.

5. Selenio: Participa en la secreción de testosterona y mejora la movilidad y cantidad de esperma. Los cereales integrales, los frutos secos y las semillas los contienen.

6. Vitamina E: Por su cualidad de antioxidante, combate los radicales libres que afectan la calidad de semen y movilidad del esperma. El germen de trigo es la fuente natural más concentrada de esta vitamina, presente también en frutos secos y aceite de oliva virgen.

7. Vitamina A: Favorece la fertilidad debido a que participa en la formación de esteroides, base de las hormonas sexuales. Presente en lácteos, huevos, hígado, zanahoria, calabaza, hortalizas de color anaranjado-rojizo, así como en las verduras de hoja verde (como betacarotenos).

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