Entre un 40% y 60% de la población en el país se automedica, poniéndose en riesgo ya que consumen medicinas sin la evaluación de un profesional de salud, o ingieren medicinas recibidas del entorno familiar, o sobrantes de prescripciones anteriores.
Así lo señaló Julio Rodríguez Arizábal, docente de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Norbert Wiener, quien advirtió sobre algunas consecuencias que podrían sufrir las personas que se automedican:
- Hemorragia digestiva alta por uso de AINEs (medicamentos que se usan para tratar tanto el dolor como la inflamación)
- Insuficiencia hepática por sobredosis de paracetamol
- Constipación severa por uso de loperamida, presente en fármacos contra la diarrea
- Apendicitis aguda enmascarada por homatropina, componente de medicamentos para aliviar los espasmos gastrointestinales
- Adicción causada por ansiolíticos como el Alprazolam, que se usa en los adultos mayores para el insomnio o ansiedad.
Actualmente se registra un aumento de cepas bacterianas resistentes a la mayoría de los antibióticos conocidos, por su uso erróneo en casos de infecciones por virus (resfríos), tratamientos incompletos o selección equivocada del producto farmacéutico.
Otra amenaza de consumir productos no recetados por un médico es la posibilidad de consumir productos farmacéuticos falsificados, adulterados, vencidos o en mal estado de conservación, o con defectos en la calidad. Todo esto puede llevar a problemas relacionados con la seguridad o efectividad de los medicamentos.
Rodríguez Arizábal sostuvo que en caso de presentar algún signo o síntoma de enfermedad acuda al médico, para la prescripción de los medicamentos en forma racional.
“En caso de necesitar información, el químico farmacéutico es el especialista responsable de proveer orientación al equipo de salud, y a la población en general, en cuanto a la utilización de los medicamentos”, dijo finalmente.
Fuente: Andina