Cinco minutos es el tiempo límite para salvar la vida de una persona que sufre un paro cardiaco, mediante la técnica de reanimación cardiopulmonar y el uso de un desfibrilador, sostuvo este martes Ricardo Zegarra, cardiólogo del Instituto Nacional Cardiovascular (Incor) de EsSalud.

El jefe del Departamento de Arritmia Cardiaca señaló que lo primero que se debe hacer ante la ocurrencia de un paro cardiaco es verificar si la persona pierde el estado de conciencia, síntoma inequívoco de este problema. Si es el caso, se debe despejar rápido el espacio que rodea a la víctima para que circule el aire.

Detalló que la posición correcta para atender a estas personas es boca arriba y se debe realizar la reanimación o resucitación cardiopulmonar mediante la compresión torácica en la zona donde se ubica el esternón.

“La compresión debe hacerse con ambas manos, una sobre otra, con los brazos extendidos y con una frecuencia de 30 veces ininterrumpidas, seguida de una provisión de aire boca a boca. El propósito de esta técnica es mantener la circulación de sangre en el organismo, sobre todo al cerebro, para que no ocurran secuelas”, subrayó.

El experto del Incor consideró necesario que esta técnica básica de primeros auxilios debe impartirse desde la escuela, en las universidades y centros de labores para lograr una atención oportuna que contribuya a salvar vidas.

Desfibrilador

Sin embargo, el cardiólogo aclaró que este procedimiento no garantiza que el corazón vuelva a latir, por lo que al tiempo de aplicar la reanimación cardiopulmonar se debe conseguir con rapidez un desfibrilador, equipo que emite descargas eléctricas para recobrar el ritmo cardiaco normal.

Refirió que este equipo es portátil y muy práctico, y debe contarse con uno en todo lugar donde interactúen muchas personas. Su precio de mercado fluctúa entre 6,000 y 10,000 dólares.

Fuente: Agencia Andina