Científicos en Estados Unidos desarrollaron dispositivos electrónicos ultradelgados que se disuelven en el interior del cuerpo, lo que podría tener numerosas aplicaciones en la medicina, tales como los implantes.

La tecnología ya se ha utilizado, por ejemplo, para calentar heridas y con eso mantenerlas libres de infecciones bacterianas.

Los componentes, hechos de silicio y óxido de magnesio, son recubiertos con una delgada capa protectora de seda.

El invento es producto de una disciplina denominada “electrónica transitoria” y fue ideado por investigadores que han desarrollado “tatuajes electrónicos” con sensores de flexión y estiramiento de la piel.

Los científicos describieron sus dispositivos como el “polo opuesto” de la electrónica tradicional, que se fabrica para ser estable y durar, tal como publicó la BBC.

Estos productos electrónicos que se desvanecen de manera controlada se basan en dos desarrollos científicos: la disolución de dispositivos y el uso de un shell (una interfaz para acceder a los servicios de un sistema operativo) que controla el proceso por el cual se deshacen.