El es en la actualidad el aceite más empleado del mundo. Está presente en múltiples productos de que todos —a veces sin darnos cuenta— compramos a diario en cualquier supermercado convencional. También se utiliza en la cosmética, productos de limpieza e incluso biocombustibles.

Pero además se trata de uno de los productos más controvertidos, puesto que numerosos estudios han alertado de sus efectos nocivos para la y de los daños medioambientales y sociales que conlleva su producción. A continuación, les explicamos todo lo que deben saber sobre el aceite de palma, los peligros que entraña su consumo y los productos que lo contienen.

El aceite de palma es un aceite de origen vegetal que se produce a partir de los frutos de la ‘Elaeis guineensis’ o palma de Guinea, también conocida como palma africana de aceite o palma aceitera.

Originaria de África, en actualidad se cultiva en muchos países de clima tropical no solo de ese continente, sino también de América y, especialmente, de Asia.

¿Por qué es peligroso para la salud?

Es verdad que el aceite de palma es una rica fuente de vitamina A y de vitamina E. Sin embargo, también es ‘una rica fuente’ de grasas saturadas (un 50% frente al 15% en promedio que contienen otros aceites), lo que lo convierte en un peligro para las arterias y el corazón.

En los últimos años, se han multiplicado los estudios que alertan de los efectos nocivos del aceite de palma para nuestra salud. Un estudio estadounidense publicado en la revista ‘Globalization and Health’ en 2011 demuestra el vínculo entre el consumo de dicha sustancia y mayores tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.

Las cifras más alarmantes son los hallazgos que asocian el aceite de palma con el , como el informe de la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA, por sus siglas en inglés) publicado en mayo de 2016, en el que se advierte de que “el consumo reducido de aceite de palma, incluso si es reducido, es peligroso para los niños y un consumo frecuente pone en peligro la salud de todos”.

Según la investigación, que supuso uno de los golpes más considerables a la imagen de este producto, en el proceso de refinado el aceite de palma se somete a temperaturas de 200ºC para conseguir que carezca de sabor y olor. Sin embargo, ello libera sustancias cancerígenas que incluso son capaces de alterar el ADN.

Los expertos de este organismo oficial europeo consideraron que “hay suficientes pruebas de que el glicidilo es genotóxico y carcinógeno, por lo que no hemos fijado un nivel mínimo de consumo seguro”, según explicó la directora, Hellen Knutsen.

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