Los latidos son controlados por señales eléctricas que, al fallar, podrían tener fatales consecuencias.

Investigadores estadounidenses inyectaron un virus genéticamente modificado en conejillos de indias y consiguieron convertir partes de su corazón en un nuevo y funcional marcapasos.

El estudio fue publicado en la revista Nature Biotechnology.

El corazón humano está compuesto por miles de millones de células. De ellas, dicen los investigadores, menos de 10.000 son responsables de controlar los latidos.

Tanto la edad como las enfermedades pueden provocar que el bombeo del corazón sea demasiado rápido o demasiado lento, o incluso ocasionar que se detenga por completo, en lo que se conoce como paro cardíaco.

La solución en estos casos: implantar un marcapasos que trabaja con baterías y mantiene al corazón en marcha.

Fuentes: BBC