Jan Scheuermann, de 53 años, quien está paralizada del cuello hacia abajo, fue capaz de sujetar y mover con destreza una variedad de objetos usando una prótesis como si fuera un brazo normal.

Tal como explican los investigadores en la revista médica británica The Lancet, se le coloraron implantes en el cerebro para que pudiera controlar el brazo robótico.

Los expertos señalan que este tipo de control “no tiene precedentes” y que es un “logro extraordinario”.

Jan fue diagnosticada con degeneración espinocerebral hace 13 años y progresivamente perdió el control de su cuerpo. Ahora la mujer es incapaz de mover los brazos o piernas.

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Los científicos le implantaron dos sensores, de cuatro por cuatro milímetros, en la corteza motora de su cerebro.

Cientos de pequeñísimas agujas en cada sensor se encargan de recoger la actividad eléctrica de unas 200 células individuales en el cerebro.

“La forma como las neuronas se comunican entre sí es con la velocidad con que pueden disparar impulsos eléctricos”, explica el profesor Andrew Schwartz, de la Universidad de Pittsburgh.

Fuente: BBC