Por estos días de verano, los índices de radiación solar han aumentado, siendo los más extremos en el mundo y por eso, tal como cuidas tu piel con protector solar también debes dedicarle un minuto de atención a tus ojos para evitar el temido cáncer de párpado, cuyo origen puede ser la alta exposición al sol.

Los párpados cubren nuestros ojos y es la protección externa más importante de ellos. Un bulto pequeño, tipo lesión rojiza o ulcerada en ellos podría ser signo de un en esa zona.

Aunque existe más de un tipo de cáncer de párpado, para el Dr. Carlos Siverio Zaffirio, socio especialista de Oftálmica, Clínica de la Visión, el que guarda mayor relación con la radiación solar es el Carcinoma Baso Celular que se presenta como una formación costrosa que no cura y que debido a que no produce dolor y a su lento crecimiento (meses o años), se suele confundir con el orzuelo.

“En ocasiones lo que aparenta ser una simple lesión como el chalazión también podría ser indicio de cáncer de párpado. Esto sucede cuando la glándula de Meibomio, la encargada de producir un aceite que evita la evaporación de las lágrimas se evaporan, se infecta y produce la lesión mencionada, su tratamiento quirúrgico es sencillo; pero si su aparición es recurrente, podría tratarse de un caso de cáncer”, indicó Zaffirio.

El cáncer de párpado tiene un éxito de curación de 99% cuando se extirpa el tumor en estado primario, por lo general en estos casos se realiza una cirugía reparadora inmediatamente después. Si no se hace la extirpación a tiempo, el cáncer avanzará hasta dejar expuesto al ojo.

Para prevenirlo se recomienda utilizar lentes con protección UV y sombreros o gorras. En la playa es vital el uso de sobrillas y de bloqueadores solares, muchas veces cuando nos aplicamos este último, olvidamos colocarlo también en la zona del párpado, por lo que este queda totalmente expuesto a los daños que ocasiona el sol.