Muchos peruanos ante el mínimo indicio de un resfrío o ante una dolencia estomacal nos dirigimos a una farmacia a comprar un analgésico o una pastilla, pasando por encima de la consulta de un médico, sin saber que podríamos ocasionarnos un problema mayor de salud y gastar más por algo que supuestamente nos sanará, manifestó el médico cirujano, Dr. Rolando Quispe Cristóbal.

“Existen muchas razones para la automedicación, uno de ellos es el desconocimiento de las consecuencias que puede ocasionar, el bajo nivel de instrucción de personas que ignora por completo el riesgo que implica. La presión de grupo o de nuestros propios familiares que nos ofrecen una alternativa para la solución de nuestros problemas de salud basados en su propia experiencia, la falta de recursos económicos para acudir por atención médica, o por comodidad de no hacer colas largas, no perder tiempo, entre otras”, precisó.

Según el galeno, la automedicación es un problema relacionado a una serie de complicaciones tales como el enmascaramiento de la enfermedad, aparición de efectos adversos, prolongación o agravamiento de la enfermedad, propensión o resistencia a los medicamentos empleados, facilitar el contagio y fomento de la drogodependencia, por lo cual es necesario conocer que tan serio es este problema.

RIESGOS

Para Rolando Quispe, esta práctica tan común en hombres y mujeres, conlleva riesgos severos incluso en pastillas que nos son familiares, como las aspirinas o algunas vitaminas. Porque cada persona es diferente y puede manifestar una reacción propia al medicamento.

“Todos los medicamentos son peligrosos en la automedicación. Por ejemplo, la vitamina A en exceso produce daño tanto a mujeres embarazadas como a los pacientes comunes”, indicó.

“Hasta una simple aspirina está contraindicada para las personas que suelen hacer hemorragias o padecen de úlcera gástrica, y los componentes de este medicamento le potencia estas patologías. Por eso, se recomienda no tomar ningún fármaco por iniciativa propia, lo cual resulta altamente peligroso, especialmente en las personas de edad, las embarazadas y los niños.