Determinadas alteraciones en la insulina y los niveles de glucosa en el cuerpo, específicamente durante largos periodos de tiempo, se asocian con un mayor riesgo de cáncer relacionado con la obesidad, lo que sugiere a los médicos la necesidad de frenar estas perturbaciones para ayudar en la prevención de estos tipos de cáncer, según concluye un estudio, publicado en Cancer Epidemiology, Biomarkers and Prevention.

“Hay evidencias que sugieren que la grasa corporal se relaciona con el cáncer de esófago, páncreas, colon y recto, mama y algunos otros tipos de cáncer”, explica la investigadora principal del estudio, Niyati Parekh, de la Universidad de Nueva York, en Estados Unidos.

“Un estilo de vida sedentario, es decir, la falta de actividad física, y la mala alimentación contribuyen a un aumento de grasa en el cuerpo y producen un ambiente general dentro del cuerpo que es propicio para el desarrollo del cáncer”, señaló Parekh, quien agregó que la obesidad fomenta una interrupción en la regulación de la insulina.

“La insulina es responsable de regular la glucosa en sangre, que sirve como combustible para el crecimiento celular. Las personas obesas son más propensas a tener mayores concentraciones de insulina y glucosa, una condición indeseable que puede llevar a las células cancerosas a crecer, multiplicarse y propagarse rápidamente, en comparación con los individuos que no tienen estas anormalidades”, dijo la investigadora.

Fuente: Abc.es