A la mayoría de nosotros, en casi todos los casos, nos pueden acortar la vida.

“¡Oh, no!”, deben estar pensando muchos. “¡Gasto mucho dinero comprándolos y lo que dice en el paquete es muy persuasivo. Todo (desde tener pelo hasta la vida sexual) depende de ellas!”.

Quiero entrar en detalle pues ciertamente las firmas que hacen vitaminas no están de acuerdo conmigo. Entonces, ¿por qué creemos que son útiles y por qué las tomamos?

El problema es que todos nos sentimos reconfortados al tomar vitaminas, ya que, en primer lugar, los cuentos de la deficiencia son horribles. En segundo lugar, leemos paquetes de cereales para el desayuno y, en tercer lugar, al doble premio Nobel, Linus Pauling, le gustaba la vitamina C en grandes dosis.

Todo esto es empaquetado por la gente que nos vende vitaminas en cualquier tienda con la más seductora de todas las falacias lógicas: si un poco es bueno, entonces, más debe ser mejor.

Más no siempre es mejor

La siguiente pregunta es “¿por qué nos hacen daño?”. Es muy difícil desmenuzar los datos, en parte porque las vitaminas son un grupo increíblemente diverso de productos químicos.

Incluiré a lo que la gente normalmente se refiere como minerales bajo el título de vitaminas. Son necesarios en la dieta como socios químicos para las enzimas involucradas en el metabolismo del cuerpo, como producción celular, reparación de tejidos y otros procesos vitales.

Sus funciones se entienden en gran parte por sus las enfermedades debidas a sus carencias, por lo que no sabemos exactamente que hacen o cómo interactúan. Los antioxidantes son un buen ejemplo. Absorben los subproductos del metabolismo llamados radicales libres, muy tóxicos y químicamente reactivos. Estos radicales libres, si no se controlan, pueden causar daños en el ADN y pueden estar relacionados con el cáncer.

Las células están llenas de antioxidantes pero seguramente tomar más sería mejor, ¿cierto? ¿Mantendría a esos radicales causantes del cáncer bajo control? Bueno, por desgracia, el sistema inmunológico del cuerpo lucha contra las infecciones usando radicales libres para matar los bichos. No está claro exactamente qué efecto podría tener sobre esto enormes cantidades de antioxidantes, pero es fácil imaginar que tal vez no sea bueno y podría atraer más infecciones.

La vitamina A está relacionada con el aumento de cáncer de pulmón en los fumadores. El exceso de zinc está vinculado a la reducción de la función inmune. La ingesta excesiva a largo plazo de manganeso está vinculada a trastornos musculares y nerviosos en personas mayores. La niacina en exceso se ha vinculado a daño celular. Y así sucesivamente.

Y se complica aún más cuando se mezcla de todo en una sola tableta. Por ejemplo, diferentes minerales compiten por absorción. Si toma grandes cantidades de calcio, no podrá absorber el hierro. Si se toma una gran cantidad de hierro, no se absorberá el zinc. Si toma vitamina C, va a reducir su nivel de cobre.

Así que no sólo tomar mucho de una cosa no es bueno, es sino que puede causar una reducción peligrosa de otra cosa, aun cuando la esté complementando. Calcular las proporciones óptimas es casi imposible, aunque algunos fabricantes afirman haber trabajado en ello.

Para leer el estudio completo puede acceder a la BBC.

Fuente: BBC