Las tendencias para la primavera-verano 2013, que se inauguraban hace unos días con dos jornadas de desfiles en Londres, apuestan por estilismos sin contenciones, donde el gusto por el detalle sobrevive a la comodidad que normalmente impera sobre las prendas de la temporada estival.

Dos de los desfiles destacados hasta el momento: Versace y Salvatore Ferragamo, con propuestas diametralmente opuestas, pero que han brillado por separado sobre la pasarela milanesa.

La seductora apuesta de Donatella Versace ha vestido a sus modelos con gruesos cinturones enjoyados y kimonos, con una espectacular gama de colores en amarillo, celeste y naranja de la popular firma italiana de trajes sastre, que pinta un verano lleno de color de cara al próximo año.