Unas personas encontraron a una gatita llamada Rosie, la cual se encontraba al borde de la muerte y solamente quedaba esperar que mejorara, la pequeña solamente tenía tres semanas de nacida y aunque se veía que quería vivir, nadie tenía muchas esperanzas al respecto.

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Es así que Lilo, una husky siberiana que vivía en el hogar al que llego la pequeña gatita, la adoptó como si fuera su propio cachorro, y tras una semana de tiernos cuidados, Rosie abrió los ojos y empezó a caminar por sí misma.

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“Casi no sobrevivió a la primera noche”, escribe lilothehusky en Instagram. “Parecía que era muy floja y aunque la cuidáramos constantemente. Así que decidimos jugárnosla y dejarla acurrucada con Lilo. Milagrosamente, empezó a tomar leche de Lilo y esta se convirtió en su madre totalmente.” Es desde ese momento que ambas se han vuelto inseparables y prácticamente se han convertido en las mejores amigas.