Siempre hemos escuchado que la convivencia entre perros y gatos es casi imposible de lograr. Pues, un gran ejemplo de que esto sí se puede dar es el santito San Martín de Porras. No es cuestión de santidad, sino es un tema de ser un buen moderador entre ambas mascotas y saber manejar la situación sin preferir a ninguno.

Otro gran ejemplo de la buena relación de estos dos animalitos es el caso de la señora Teresa Arteaga. Según la Revista Zoom, estos animales menores son seres competitivos en espacios y afectos, sin embargo son increíblemente protectores con sus “hermanos”, disfrutando largas horas de juegos.

La clave para que el perro y el gato tengan una buena convivencia es empezar a criarlos juntos desde pequeños. Aunque también hay experiencias de personas que han logrado una buena relación entre ambas mascotas a pesar de haberse a una edad avanzada.

Así que si estás pensando criar a estas mascotas juntas, ¡inténtalo! Es posible.

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