¿Tienes más de 60 años de edad y presenta síntomas como fiebre, baja de peso inexplicable, sudoración nocturna e hinchazón de ganglios? En este caso debe tener en cuenta la posibilidad de padecer un linfoma no Hodgkin de células del manto, una neoplasia muy rara pero muy agresiva que afecta principalmente a los varones y que representa del 2% al 5% de quienes tienen un linfoma.

“Por lo general no es un linfoma de crecimiento rápido, y cuando se diagnostica muchas veces ya se ha extendido a los ganglios linfáticos, a la médula ósea y hasta el bazo”, explica la doctora Shirley Quintana, oncóloga clínica del staff del Departamento de Medicina Oncológica del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN).

Indica que al linfoma en general se le denomina también el gran simulador porque en la mayoría de pacientes puede simular síntomas de otras enfermedades, algunos pueden estar asintomáticos o tienen mínimos síntomas cuando acuden al médico.

Qué es un linfoma

“Los linfomas son un grupo de enfermedades originadas por la alteración de una célula que es el linfocito y que de acuerdo a su localización en el ganglio van a tomar el nombre, por ejemplo en linfoma del manto el linfocito que está alterado es aquel que está en la zona del manto. Sus causas son múltiples, entre ellas los virus, las inflamaciones crónicas y factores externos como la radiación, exposición a bencenos, exposición permanente a fungicidas, además de tener el sistema inmune alterado y de tener una predisposición a padecer esta enfermedad”, señala la especialista.

Otra característica de este tipo de linfoma son las frecuentes recaídas y sus formas de presentación, que generalmente es agresiva. Para su tratamiento se requiere de una combinación de quimioterapia y anticuerpos monoclonales y si se trata de pacientes jóvenes además del tratamiento señalado habitualmente se indica el trasplante de células madre.

Aún así, su tratamiento sigue siendo un reto y los nuevos fármacos están demostrando ser más eficaces que los usados anteriormente, ya que ofrecen mayor probabilidad de respuesta y supervivencia a largo plazo, con menores efectos adversos.

“Los estudios muestran una respuesta favorable de los pacientes tratados con una nueva droga llamada IBRUTINIB, (un potente inhibidor de la TirosinKinasa de Bruton), que ha mostrado remisiones duraderas en pacientes con linfoma del manto en recaída y/o refractarios, fármaco que tiene un perfil de toxicidad favorable que contribuye a un tratamiento menos intenso y más eficaz, y al mejor manejo de los síntomas relacionados a la enfermedad”, anota la doctora Quintana.

Explica que día a día se producen muchos avances en la investigación de nuevas terapias para estas neoplasias, estudios que experimentan con drogas para los diferentes tipos de linfomas, con el objetivo de convertir estas enfermedades consideradas mortales en males crónicos.

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