A la hora de usar el preservativo, muchos hombres podemos llegar a cometer algunos errores desde la compra. No escogemos el adecuado para nuestro miembro viril o lo llevamos siempre en la billetera. Entérate sobre los cinco errores más de los hombres al usar un condón:

1.- Talla incorrecta

Quizás comprar preservativos de talla extra grande sea una forma de alimentar la vanidad de uno o la de su pareja, no obstante, a no ser que sea la talla correcta, en realidad nos estamos haciendo un flaco favor.

Igual que cuando nos compramos un pantalón demasiado ancho y al caminar se nos empieza a caer, lo mismo ocurre con estos preservativos. La fricción termina por hacerlos “salirse” o perderse completamente. Igual que si se trata de una talla demasiado pequeña, terminará por romperse, debido al mismo friccionar.

Los preservativos de látex deben quedar perfectamente adecuados para que protejan de la forma que están pensados. Ni demasiado estrecho, ni demasiado anchos, sobre todo si buscamos evitar sorpresas de ningún tipo.

2. Guardar el preservativo en la cartera: ¡Nunca más!

Si hay algo que llevamos a todas partes es la cartera, por eso parece lógico llevar los preservativos para ocasiones de “emergencia” en ella. No obstante, estos preservativos son sensibles al calor, la fricción y la presión, cosa que hace que si pasa un mes dentro de la cartera que uno suele llevar en un bolsillo del pantalón pierda fiabilidad.

Los preservativos deberían almacenarse en lugares secos y a atemperados.

Además, respecto a esta costumbre, es común que, si no estamos en una relación estable o somos un/a auténtico/a casanovas, queden guardados durante un tiempo, llegando a ser quizá demasiado. Nunca debemos usar un preservativo caducado. Lo primero que hay que hacer para comprobar si lo está o no, es mirar la fecha de caducidad. Aunque no esté pasado de tiempo, debemos comprobar que al abrirlo, mantenga la textura que le corresponde. En caso de que esté seco o demasiado pegajoso, ¡no dudes en tirarlo!

3. No puedo abrirlo, probaré con los dientes… ¡NO!

No importa la prisa que tengas o lo sexy que quieras parecer: usar los dientes o cualquier objeto punzante es una mala idea.

Generalmente, los preservativos se empaquetan con una cobertura fácil de abrir. Antes de usar los dientes, inténtalo con las manos (a ser posible sin unas uñas largas y afiladas).

4. Demasiado tarde

Cuánto más tarde nos pongamos el preservativo, más posibilidades hay de que haya un intercambio de fluidos no deseado. Algunos estudios aseguran que entre el 17% y el 50% de la gente espera hasta el ultimísimo momento para usar el preservativo tras empezar a “relacionarse“. Esto aumenta las posibilidades de contagio de ETS y de embarazo. Hay que usar el preservativo antes de empezar, no mientras tanto.

También es un problema quitarlo tras demasiado tiempo, ya que puede “salirse”. Así que, hay que usarlo y retirarlo en los momentos idóneos, no excesivamente tarde.

5. IMPORTANTE: Pensaba reutilizarlo… ¡Jamás!

Esta es una de las peores costumbres que, aparentemente, entre el 1,4% y el 3,3% de las personas realizan. No es una buena idea, no sólo por lo anti higiénico, sino también porque la efectividad del preservativo se pierde. Lo correcto es usarlo una vez y no más.