Los cremosos helados italianos son conocidos en todo el mundo. En el norte del país de hay heladerías que permanecen abiertas, incluso en invierno y adaptan el producto a esta fría estación; por ejemplo con frutas de otoño e invierno.

En la universidad del helado de Carpigiani, cerca de Bologna, acuden estudiantes de todo el mundo para aprender el oficio. Y algunos se convierten en maestros.