Actualmente la comida peruana es conocida en casi todo el mundo y son pocas las ferias gastronómicas donde los asistentes no se encuentren con alguna delicia del Perú, pero llegar a eso no ha sido un camino fácil. Por ejemplo, unos de los que colaboraron con ese logro son los hermanos Martín y Fernando Tisoc, dueños del restaurante en Brooklyn.

Este restaurante es uno de los primeros que se abrió en la Quinta Avenida de Brooklyn a finales de los años noventa y que actualmente es muy popular, pero para conseguir todo eso, los hermanos Tisoc pasaron por muchos obstáculos, los cuales comparten en una entrevista con .

“Cuando llegamos”, recuerda Fernando “esta era una zona muy brava”, algo totalmente contrario a lo que ocurre actualmente. Y es que ahora Park Slope es uno de los sitios más populares de Brooklyn, pero cuando ellos llegaron y decidieron abrir su restaurante era un gran riesgo.

Sin embargo, su historia no empezó ahí, en realidad todo inició cuando sus padres los animaron a ir a EEUU. Y es que ellos sentían que Perú no ofrecía un buen futuro, por lo que les aconsejaron salir del país.

Entonces, Martín junto a su madre alistaron sus maletas y se prepararon para viajar a Miami, pero no resultó un buen lugar y se mudaron a Nueva York. En este sitio los hermanos trabajaron en diversos restaurantes y en la apertura del primer Café Europa en Manhattan fue donde nació la idea de un futuro negocio.

Con eso en mente, los hermanos trabajaron y ahorraron para tener algo guardado y poder lograr su sueño. Es así que un día llegan a un local de Brooklyn donde se reunían personas para ver fútbol y aunque quedaba en un barrio poco agradable, ellos eligieron ese sitio y en marzo de 1998 empezaran esta aventura.

“Empezamos con con el pollo a la brasa de lunes a viernes porque no todo el mundo conocía el ceviche y la pollería sabíamos que iba a funcionar”, dice Fernando. “Comenzamos a educar en la cocina peruana pero la gente empezó a pedirlo diariamente”.

Sin embargo, todo cambió cuando The New York Times publicó un artículo sobre el restaurante y ese día la gente llegó en grandes cantidades, haciendo que desde ese momento el barrio de un giro de 180 grados y empiece a ser un lugar más atractivo para las personas.

Asimismo, la popularidad del hizo que llegaran otros restaurantes al lugar y el precio de los locales se dupliquen, felizmente Martín pudo negociar con el dueño del edificio en el que se ubicaba su restaurante y comprarlo, ahorrándose pensar en la renta.