La bella y talentosa intérprete de piano, nacida en 1981, en Minsk (Bielorrusia), demostró que su talento y belleza también es sinónimo de humildad. La reconocida Alesia Arnatovich llegó a nuestro país para deleitar con gran alegría a los peruanos.

Y es que su ángel y sencillez no solo dejan prendado al que trate con ella, esos talentosos dedos y sobretodo la sensibilidad al interpretar la música es lo que hace que uno quede atrapado en el tiempo.

Sin embargo, su limpia trayectoria y el respeto ante los profesionales del arte ha sabido ganárselos a pulso. Inició sus estudios de piano a los seis años de edad. En 1999 se graduó en el Colegio Republicano dependiente de la Academia Estatal de Música de su país, donde estudio bajo la guía de la maestra Alla Reshetian.

Fue una alumna avanzada de la Escuela Rusa de Piano, docente de escuelas musicales, investigadora, y por sobre todo una excelente intérprete.

Ella llegó a tierras incas para deleitar con su arte y dejar boquiabierto a más de uno. Conocedora de la belleza, supo apreciar nuestra cultura y a nuestra gente.

“Estoy poco tiempo aquí, me encanta la playa. Me gusta, porque en Minsk no tenemos mar, tuve la oportunidad de pasear por el malecón y la gente es muy amable. Me ha gustado el trato con ellos, la comida. Soy una fan del helado de lúcuma peruano”, contó Alesia a Peru.com.

Como toda joven de 30 años, con ojos y sonrisa pícara, confesó que también se había deleitado de otros atractivos que tiene nuestra ciudad. “Creo que los chicos son lindos. ¿Si me piropeó alguno? Todavía”, dijo con las mejillas sonrojadas.

Alesia señaló que llegar a donde está no fue fácil, fue producto de su esfuerzo y perseverancia. Asimismo, recalcó que aún le falta mucho por escalar, pues cada día uno tiene muchas cosas que aprender y mejorar.

“Mi recomendación es que sobre todo amen la música, amen el piano y si la aman, que se dediquen a plenitud a ello. Practiquen mucho, no se desconecten, estén en relaciones cercanas con sus profesores y maestros y vayan a muchísimos a conciertos para vayan adquiriendo esta sensación y amor por la música”, concluyó la joven, quien tocó este último miércoles 15 de junio, en el Teatro de La Plaza ISIL, Larcomar.

Sin duda un puesta difícil de igualar, donde muchos admiradores no solo disfrutaron de la velada, sino que también empezaron a contar los minutos para su regreso y volverla a escuchar.