La pieza de Tarazona compitió entre 42 aspirantes procedentes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Guatemala, México, Perú, y Venezuela.
El jurado valoró en su fallo la “calidad profesional y presentación de la partitura, su gran coherencia, sonido y timbre originales”, así como una “eficaz instrumentación” que incluye al típico charango andino.
El compositor peruano involucró en su propuesta flauta, clarinete, percusión, hatun charango, piano, violín y violonchelo.
Su más cercano contendiente por el premio fue el chileno Álvaro Pacheco con la composición “Ascendiendo al abismo”, compuesta para flauta, clarinete, violín, violonchelo y piano, la cual recibió por unanimidad la “Mención” del jurado.
El tribunal evaluador del Premio estuvo integrado por los músicos cubanos José Loyola y Guido López-Gavilán, el mexicano Rodrigo Sigal, el puertorriqueño Carlos Vázquez y el venezolano Alfredo Rugeles.
El Premio de Composición de la institución cultural cubana Casa de las Américas tiene una frecuencia bienal, y su promotores señalan que su convocatoria tiene el fin de promover y difundir lo más reciente de la creación musical en América Latina y el Caribe y estimular a las nuevas generaciones de compositores. EFE