La perturbadora adaptación teatral del clásico victoriano de terror Drácula nos permite ingresar en el alma y mente de un monstruo omnipotente que, pese a su sed de sangre y maldad innata, solo desea el amor de la criatura más pura. La temporada va hasta el 3 de julio, de jueves a martes, en el Teatro La Plaza de Larcomar.

El insólito Conde Drácula construído por Miguel Iza refleja una impavidez y paz siniestra lejana a la maldad que esconde bajo su sonrisa hipnótica. Su reinado de oscuridad se extenderá hasta Inglaterra, donde un aguerrido Abraham Van Helsing (Roberto Moll) le hará frente al mal, armado con cruces, estacas y collares de flor de ajo.

La inteligente utilización de un solo escenario nos mantiene atrapados de principio a fin en la odisea de Jonathan Harker (César Ritter) por aferrarse a su amada Mina (Wendy Vásquez), convertida en no muerto por la mordida de Drácula. En medio del terror, la risa se destará con la brillante actuación de Pietro Sibille como el desquiciado enfermo mental Renfield, cuya locura nos enseñará que los cuerdos tenemos mucho que aprender de quienes no lo están.

Ven y descubre este apasionante universo de personajes que te estremecerá hasta la médula con la maldición del vampiro más famoso y aterrador de todos los tiempos: El Conde Drácula. Entradas a la venta en Teleticket de Wong y Metro.

Álvaro Rondón