La repercusión de retirar del Diccionario de la lengua española las palabras que tienen connotación machista, que piden colectivos y organizaciones feministas, no será profunda si es que no se logran grandes cambios en la sociedad. Para acabar con el machismo se necesita enseñar y lograr la tolerancia y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el hogar, las instituciones educativas y las empresas.

Así lo afirma el lingüista Luis Mamani Quispe, docente del Área de Investigación de la Universidad de Ciencias y Humanidades (UCH), quien aclara que un diccionario solo registra las palabras que usan los hablantes de un idioma y no fomenta el machismo. “Por su naturaleza, las lenguas no son ni machistas ni feministas. Los que sí pueden serlo son las personas”.

Aunque hay palabras que antes solo tenían su variante masculino y hoy se usa también el femenino, gracias a la mayor participación de la mujer en la sociedad, no significa que esta situación haya resuelto las grandes desigualdades. Como se sabe, hoy son válidas y se aplican cada vez más términos como médica, arquitecta, bombera, ingeniera y pilota, así como jueza, generala, ministra, presidenta y concejala.

El especialista comenta que el español emplea el género masculino y femenino, es decir, el género gramatical, al igual que el 20 % de las lenguas del mundo. Se trata de una forma de clasificar las palabras en el ámbito lingüístico y no posee ninguna relación con la categoría biológica de mujer y varón. “Para evitar este tipo de confusiones, urge compartir mayor información y discutir el tema en diferentes ámbitos”.