Leopoldo María Panero falleció este miércoles 5 de marzo en el Hospital Psiquiátrico de las Palmas de Gran Canaria.

El inolvidable escritor era de los últimos autores con el espíritu literario completo y vital, pero su mente y su alma estaban atormentadas por las historias que rondaban su imaginación, por los miedos eternos que no pudo combatir, por su espanto a la vida, a las relaciones, al amor, por sus incontrolables adicciones al sexo, cigarros, gaseosa, heroína y un sin número de profundas historias que narran los sentimientos más oscuros y guardados del aclamado escritor.

De joven, el poeta se sintió emocionado por pertenecer a movimientos políticos en su país y se integró al régimen franquista en España, sintiéndose fascinado por la izquierda radical. Su militancia en el partido constituyó la principal causa del encarcelamiento del escritor.

Tuvo una formación humanista, estudió Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid y Filología Francesa en la Universidad Central de Barcelona. En aquellas épocas vivió sus primeras experiencias con las drogas, el alcohol y sobre todo la heroína. Historias que serán transmitidas en sus primeros poemarios de 1992 , de los cuales ninguno se libra de las menciones de estas aventuras.

La primera vez que ingresó un centro de reclusión psiquiátrica fue en los años 70’, los internamientos eran cada vez más seguidos, pero esto no le impidió desarrollarse como poeta ni como ensayista o narrador, al contrario, las publicaciones del autor eran cada vez más atrevidas, crudas, frías y mostraba las realidades mentales que el actor expresaba.

Se estableció por propia voluntad en en 1997 la Unidad Psiquiátrica de Las Palmas de Gran Canaria, o como él lo llamaba e sus publicaciones “El manicomio del Dr. Rafael Inglott 2”, hasta su fallecimiento el 5 de marzo de 2014.