El proyecto de María Elena Fernández alcanza la mayoría de edad y lo celebra inaugurando un nuevo punto de exhibición y venta en Larcomar en alianza con la librería Ibero y el café Arábica.

Todo comenzó con una venta de garaje hace 21 años, durante la época del terrorismo, la hiperinflación, los coches bomba, los apagones. María Elena Fernández y Eduardo Lores eran los padres de una joven familia que había vivido algunos años en Florencia, la ciudad del arte. Cuando regresaron a Lima se dieron con un incipiente crecimiento cultural al que quisieron apoyar primero con el programa de televisión Luces de la Ciudad, que le abrió una ventana a los creadores peruanos, y luego con un espacio donde mostrar y vender sus obras. Al no encontrar ni una sola tienda de arte aplicado, decidieron cubrir ese espacio con una venta de garaje. Desde entonces, el proyecto no ha dejado de crecer.

Hoy Dédalo está a punto de inaugurar su tercer local comercial. Se trata de un espacio en Larcomar que hace parte de una zona pronto será conocida como el “Corredor Cultural”, ya que reúne a Dédalo arte y artesanía, Teatro La Plaza, librería Íbero, los cines UVK, la tienda de discos Phantom y el café Arábica. Este nuevo espacio, que espera convertirse en un lugar de encuentro para compartir experiencias relacionadas al arte y la cultura, se suma al proyecto que viene trabajando María Elena Fernández desde hace 21 años.

Vale la pena recordar que el año pasado Dédalo inauguró un segundo local: Dédalo arte y café, en alianza estratégica con librerías La Familia. Con el objetivo de tener un espacio donde el visitante pudiera sentarse a disfrutar de los libros tomando un buen café y un bocadillo frente al parque, La Familia y Dédalo unieron fuerzas para crear un espacio que cuente con una pequeña tienda de objetos de diseño y regalos.