Un compositor prodigio de tango, un músico que dejó una imborrable huella en la historia de la música argentina, Astor Piazzolla creó un variedad de partituras, letras y arreglos orquestales que provocaba diversas críticas enfocadas en sus particulares melodías, consideradas irrespetuosas y que contienen música híbrida con exabruptos de armonía disonante.

Fue llamado “El asesino del Tango” durante algún tiempo por los fieles críticos de la música y a quienes Astor Piazzolla no prestó menor atención para dedicarse a componer sus absorbentes y deslumbrantes melodías.

PRIMEROS AÑOS

Hijo de inmigrantes italianos, Astor Pataleón Piazzolla nació un 11 de marzo en la ciudad de Mar de Plata en Argentina, pero pasó la mayor parte de su niñez en Nueva York junto a su familia, donde aprendió a hablar fluidamente cuatro idiomas: castellano, inglés, francés e italiano.

En el año 1927, la nostalgia que sentía su padre de su amada Italia lo llevó comprarle a su hijo Astor su primer instrumento musical y con el marcó el inició de la historia musical de Piazzolla, el bandoneón. Un instrumento de viento que produce un sonido melancólico e único, utilizado como órgano portátil y básico en melodías de tango.

En 1934, Astor Piazzolla conoce a Carlos Gardel en Manhattan tras ser enviado por su padre para llevarle un presente, a compositor le agradó a actitud de joven y le atrajo su gran dominio en el inglés, lo cual le resultaba difícil a Gardel.

Gardel invitó al joven músico a su gira por América, pero el padre de Astor decidió que no iría por se muy joven, la desilusión lo llevó a escribir una carta luego de alcanzar el éxito, texto en el que recuerda y se ríe de tema.

“Primer tango de mi vida y ¡acompañando a Gardel! Jamás lo olvidaré. Al poco tiempo te fuiste con Lepera y tus guitarristas a Hollywood. ¿Te acordás que me mandaste dos telegramas para que me uniera a ustedes con mi bandoneón? Era la primavera del 35 y yo cumplía 14 años. Los viejos no me dieron permiso y el sindicato tampoco. Charlie, ¡me salvé! En vez de tocar el bandoneón estaría tocando el arpa”, escribió Astor Piazzolla.

CARRERA PROFESIONAL

En 1937 regresó a Argentina donde el tango tradicional aún reinaba, melodías suaves y de un solo tiempo que no rompían armonías, pero el estilo cortante de Piazzolla, y la fusión de armonías disonantes creaba un nuevo camino en este género.

Inició tocando en clubes nocturnos, de una orquesta a otra, se fue ganando un nombre como el mejor bandeonista en Buenos Aires. Le aconsejaron que estudie con un compositor de renombre, mientras continuó tocando tango cada noche.

Luego de su matrimonio con Dedé Wolf y el nacimiento de sus dos hijos, Astor Piazzolla continuó componiendo melodías únicas, viajando a París para presentar nuevas composiciones y unirse a grandes orquestas internacionales.

Retornó a Buenos Aires para formar una orquesta de cuerdas con músicos argentinos, pero se disolvió la empresa y decidió viajar a los Estados Unidos, donde grabó dos discos únicos que actualmente son muy difíciles de encontrar.

Durante una actuación en Puerto Rico, Astor recibió la noticia de a muerte de su padre, Vicente Nonino Pazzolla, el músico volvió a Nueva York donde vivía su familia para despedir a su papá, allí compuso “Adiós Nonio”, una de sus obras más célebres que se convirtió de una despedida al hombre que o crío a un sinónimo de la música que Astor creaba.

TANGO HASTA EL FINAL

Continuó trabajando en diversas orquestas, viajando entre países para grabar discos y presentar magníficas actuaciones a las que asistían miles, pero la enfermedad que tenía al corazón comenzó a complicarse más y en 1988 tuvo que ser operado e un cuádruple bypass y a principios de ese años formaría su último conjunto, el Sexteto Nuevo Tango.

E 4 de agosto de 1990 en París sufrió una trombosis cerebral, la cual lo levaría a la muerte dos años después, el 4 de julio de 1992 en la ciudad de Buenos Aires a los 71 años dejando una gran legado musical y una nueva forma que enamorarse de tango.