La desinformación y la mentira son grandes enemigas del periodismo, pero cada vez más informadores se dedican a desmontar la falsedad y la imprecisión con hechos (una práctica conocida como “fact-checking”) y los más reputados verificadores del mundo se reúnen hoy en Madrid para “sonorizar la verdad”.

Un total de 188 expertos de 53 países participan en el congreso mundial Global Fact 4, cuyo objetivo es compartir las mejores praxis en la verificación de la información proporcionada por políticos, empresas y otro tipo de instituciones de relevancia para la sociedad en un contexto de proliferación de noticias falsas.

“Todos los partidos políticos y todos los gobiernos mienten (…) El gran trabajo del ‘fact-checker’ es sonorizar la verdad”, indicó la periodista española Ana Pastor en la sesión inaugural.

Los asistentes trabajan para acabar con el desorden informativo imperante y minimizar el ruido, para ello, la pregunta básica es dónde están y cuáles son los hechos que respaldan o refutan una declaración.

Facebook, Google, “The Washington Post”, la televisión italiana RAI, Duke Reporters’ Lab, PolitiFact, Wikimedia, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), “Le Monde”, el diario digital español “El Confidencial” o la cadena televisiva La Sexta son algunas de las instituciones que explican sus proyectos e imparten talleres en Global Fact 4.

Pastor explicó que los políticos “no soportan demasiado” que se compruebe la veracidad de sus declaraciones, pero insistió en que es un trabajo esencial porque “un país es más decente cuando sus ciudadanos están mejor informados”.

Si “El Objetivo” que dirige Ana Pastor realiza en televisión pruebas de verificación a declaraciones políticas, el periodista francés Julien Pain sale a la calle para hablar con los ciudadanos y desmontar rumores y noticias falsas que circulan por las redes sociales a través de un directo en Facebook, que luego se emite condensado en la televisión France Info.

Por su parte, la periodista Michelle Lee contó que el “Washington Post” analiza con detalle las imprecisiones y mentiras del presidente Donald Trump: en los primeros 100 días, detectaron casi 500 declaraciones falsas. A los 161 días, la cifra asciende a 742.

En la RAI, el programa “Night Tabloid” desbarata las declaraciones de políticos en directo y Duke Reporters’ Lab ha creado FactPopUp, una herramienta para alertar en línea a los espectadores de un debate político cuando un participante miente.

Desde Wikimedia, Katherine Maher ilustró cómo la enciclopedia Wikipedia trata de ofrecer información equilibrada y librarse de los trols que intentan colar mentiras en sus entradas.

No todo es un camino de rosas: aun cuando los “fact-checkers” demuestran que algo es mentira, los ciudadanos pueden seguir creyendo en algo pese a su falsedad, aseveraron expertos en ciencias cognitivas.

“Es difícil cambiar los sentimientos de la gente”, avanzó la investigadora de la University of Western Australia Briony Swire-Thompson.

En su cuarta edición, Global Fact 4 organizado por la International Fact-Checking Network, centra su programa en la automatización de la verificación de informaciones y en cómo se pueden superar las campañas de desinformación.

Asimismo, pretende demostrar que estos mecanismos de comprobación no sólo tienen cabida en la prensa digital, sino también en otros formatos audiovisuales.

El responsable del evento, Alexios Mantzarlis, reconoció que los mecanismos de “fact-checking” aún son imperfectos, “tienen puntos flacos”.

Además, considera que los expertos deberían hacer mayores esfuerzos con la transparencia de las fuentes y a la hora de medir su impacto, más allá de su audiencia.

Comprobar los posibles sesgos en el “fact-checking”, conocer cuál es el impacto político de estas prácticas y saber si en la actualidad se miente más que nunca son asuntos pendientes que habrán de estudiarse, se ha pedido en el congreso.

Sin embargo, Mantzarlis destacó que el trabajo de los verificadores está en el meollo del ecosistema informativo y del diálogo democrático.

Fuente: EFE

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