En el caso de Facebook, hace tres años creó un estado memorial para los perfiles de los jóvenes que murieron durante un tiroteo en un instituto de Virginia, Estados Unidos. Algunos datos, como los grupos de filiación, son eliminados, mientras que el perfil se restringe y solo los amigos del difunto pueden visitarlo.

Twitter tiene un similar política, ya que los miembros pueden pedir que se quite la cuenta o que se haga una memoria de los tuits de la personas fallecida. Si la familia no dice nada, la cuenta se mantiene.

Aunque las cuentas se mantienen, los familiares de quienes fallecen pueden solicitar se retire la cuenta, pero no pueden acceder a información privada. Google cuenta con su Inactive Account Manager que envía a los familiares el contenido salvado de la persona fallecida.

Los correos electrónicos no están exentos de este tipo de situaciones. Yahoo! Conserva las cuentas, mientras que Hotmail puede enviar a la familia un CD con los correos electrónicos del difunto, cuando se haya probado la muerte, y Gmail solicita además un correo enviado por el fallecido a la persona que pide estos datos.

Algunos expertos han propuesto la redacción de un testamento virtual a fin de que la información generada no se mal utilizada. Cabe destacar la importancia de dejar a alguien las contraseñas, de lo contrario nadie tendrá acceso a esta información.

Aunque suene raro, en la actualidad, ya hay firmas en Estados Unidos que ofrecen este tipo de servicios como guardar las contraseñas, información de las cuentas, archivos, entre otros, que designará a un beneficiario tras la muerte de la persona.

La profesora de medios sociales de la universidad de Florida María García sostiene que en el futuro, se tratarán temas como el heredar las páginas web. Sin duda una manera diferente de afrontar la muerte.

Fuente:pe.noticias.yahoo.com