Los investigadores iniciaron su proyecto después de los disturbios estudiantiles que se vivieron en Londres durante el 2011, en esos momentos los jóvenes hicieron uso de las redes sociales para organizarse.

“En 2011 incluso se sugirió que se deberían haber bloqueado las redes sociales durante los disturbios, para impedir que los manifestantes las usaran para organizarse. Pero las redes sociales también proporcionan información útil”, señaló Kalina Bontcheva, jefa del proyecto de la Universidad de Sheffield.

El sistema que están desarrollando cataloga el tipo de rumores y las fuentes de los que provienen estos. En el primer apartado, clasificaron los rumores en línea de la siguiente forma: especulaciones, controversia, desinformación e información incorrecta.

A las fuentes de información, las separa de acuerdo con el grado de autoridad: medio, periodista, expertos, testigos, miembros del público y bots.

Fuente: ABC.es