Cuando Sean McCormack, amigo de los animales, vio por primera vez a Tiny en un basural en Taiwan, no sabía qué pensar. Juzgando por la condición deplorable del perro, parecía que lo habían dejado morir a su suerte.

La piel y el espíritu de este rottweiler estaban dañados, pues ya no tenía nutrientes ni energía, ni ánimos para seguir viviendo. Se notaba deprimido. Así que lo ayudó. Mira, a través de las fotografías, el avance de este pequeño ángel.

El perro fue curado completamente y la vida volvió a él, demostrando que en estos casos la atención médica y sobre todo el amor pueden devolverle la esencia al mejor amigo del hombre.

Fuente: viralnova.com