El iPhone 6 Plus de Apple acaba de recibir su prueba más brutal por Richard Ryan, un famoso torturador de gadgets que suele destrozar dispositivos para probar su resistencia con las más brutales pruebas.

En esta oportunidad, Ryan probó la dureza del iPhone tras lanzarlo desde más de 2,000 metros de altura. Esto se logró porque Ryan y sus amigos improvisaron un salto en wingsuits, no sin antes colocarse cámaras GoPro que les permitiese grabar la hazaña del lanzamiento.

Así, también le colocaron un dispositivo GPS al móvil para poder rastrearlo después con la aplicación de Find my iPhone. Sorprendentemente, cuando lo encontraron, el iPhone 6 Plus seguía encendido y funcionando, sin grietas o daño visible, aunque había dejado una marca importante en el campo de tierra en donde había aterrizado. Se puede decir que superó la prueba por extraños motivos.