Y es que cuando tienes todo un botín frente a ti, pero sales con la mitad de estos en pedazos, quizá sea momento de cambiar de carrera. Esto fue lo que le pasó a un ladrón ruso que lejos de demostrar “talento” en el muy antiguo arte del hurto, nos deja en claro que lo suyo quizá sea el de malabarista de circo.