Las hormigas utilizan al menos tres tipos de memoria para orientarse y se sirven de referencias terrestres y estelares para guiarse cuando marchan hacia atrás, desvela un estudio publicado hoy en la revista Current Biology.

“El mundo de los insectos es mucho más complejo de lo que se imaginaba”, indicó en un comunicado el Centro Nacional Francés de Investigaciones Científicas (CNRS), participante en esa investigación.

Los nuevos resultados, según sus datos, muestran que las hormigas se orientan en el espacio gracias “a múltiples representaciones y memorias” que ponen en juego “una transferencia de información entre varios sectores cerebrales”.

Hasta ahora, se pensaba que la hormiga lograba marchar memorizando una escena, por lo que siempre era necesario que ese insecto estuviese colocado de la misma manera para que pudiese reconocer el espacio.

Sin embargó, el estudio, que se sirvió de la especie “Cataglyphis velox” para realizar pruebas en un desierto de Andalucía (sur de España), apunta a que a las representaciones de las direcciones de las hormigas están “centradas en el mundo exterior” y no de manera tan “egocéntrica” como se pensaba.

La hormiga es capaz de memorizar la ruta, la nueva dirección a seguir y cómo recuperar por ejemplo un trozo de galleta, de acuerdo con los tests realizados por los científicos, que demostraron además que se guían a través de los cuerpos celestes cuando se desplazan marcha atrás.

“Las hormigas son capaces de mantener una trayectoria rectilínea ya sea con movimientos hacia adelante, hacia atrás y hacia los lados”, indicó el CNRS, según el cual aunque su cerebro es más pequeño que la cabeza de un alfiler, su capacidad de orientación es “sorprendente”.

TAGS RELACIONADOS