Como castigo de la Reina Madre, Alondra García Miró tuvo que realizar una sesión fotográfica en el cementerio Presbítero Msestro, teniendo como pequeño detalle que había obviado la modelo, que la sesión se realizaría de noche.

La sensual modelo no pudo terminar la atrevida sesión de fotos por sentirse intimidada e incómoda con ruidos y sombras que desataron un ataque de pánico en ella, por lo cual decidió abandonar el reto antes de haberlo acabado.

La participante del Equipo Verde no pudo tranquilizarse hasta no estar entre los brazos de su amado Mario Irivarren que no la dejó sola en ningún momento, y la apoyó en la decisión de abandonar la sesión fotográfica, si es que ella no se sentía totalmente cómoda.